Difícil tarea esta de escribir de alguien considerado de la familia…
Porque pocas profesiones unen tanto como la pasión compartida por el periodismo. Cuando las horas te parecen cortas y se confunde el día con la noche. Cuando contar se convierte en parte esencial de tu vida…
A Alejandro Solano Cintado lo conocí hace unos 4 años y ya peleaba con uñas y dientes por aprender, aún lo hace. Llegaba de la mano de una familia que le enseñó que nada se consigue sin trabajar, y se nota a cada paso que da. Apareció en el momento justo para sacar adelante un proyecto que hoy sigue creciendo. Punto de apoyo, constancia, esfuerzo, tenacidad y coraje. Cabezón hasta decir basta, pero de buen talante; acertado carácter para marcar su destino y, sobre todo, fiel. Como suele ocurrir, hay veces que aprende más el maestro que el alumno. He vuelto atrás muchas veces con él. Cada vez que se emociona con un buen reportaje, cuando busca la manera de enfocar una noticia, cuando en su conciencia da vueltas un error. Tiene toda la vida por delante para seguir aprendiendo y lo hará. Ha sido fácil estar orgullosa de ir a su lado.
Atrás quedan cientos de aventuras, risas y hasta discusiones. A veces sólo es necesaria su presencia para saber que todo va a ir bien. El futuro es lo siguiente y sólo es necesario saber que podré contribuir a su felicidad, como alguien más de la familia. A su disposición quedo.